lunes, 7 de marzo de 2016

Señales de la vocación.

Hay dos señales de la vocación: la negativa, la ausencia de impedimentos, y la otra positiva, una firme resolución con la ayuda de Dios de servirle en el estado eclesiástico o religioso. Si Dios le deja libertad de elección a la persona que llama, no le deja ninguna a aquéllos cuyo deber es aconsejar; aquellos directores espirituales o confesores que atienden a la ligera un asunto de tanta importancia, o no contestan según el espíritu de Cristo y la Iglesia, incurren en una grave responsabilidad. Es su deber también descubrir el germen de una vocación, y desarrollarlo mediante la formación del carácter y el fomento de la generosidad de la voluntad.

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